martes, 20 de octubre de 2009

La matanza de My Lai


Lic. Pedro Rivera Briseño

El 16 de marzo de 1968 las tropas de Estados Unidos lanzaron una operación en la región de Son My en la búsqueda de vietcongs. Al teniente William L. Cally y su sección le fue asignada la zona My Lai 4. La de My Lai debía ser una de tantas operaciones de búsqueda y destrucción propias de la Guerra de Vietnam.

La matanza
Al llegar a la zona de aterrizaje los helicópteros dejaron a los soldados y se desplazaron a la posición de espera. Los pilotos y artilleros vieron como Cally y sus hombres disparaban a todo vietnamita que veían, prendieron fuego a las casas hasta dejar el poblado arrasado por completo, violaron a mujeres, mataron el ganado y, para terminar, reunieron a los supervivientes en una acequia. Cally disparó su arma contra ellos y ordenó a sus hombres que hicieran lo mismo hasta matar a prácticamente todos habitantes de la zona, es decir, ancianos mujeres y niños. No se sabe la cifra exacta de asesinados por defectos en la investigación, pero se estima que debió estar entre 172 y 346, aunque otras fuentes aumentan el número de víctimas a más de 400.
Toda la operación duró unas cuatro horas.
La información oficial facilitada unos días después comunicaba unos 120 muertos de los cuales 90 eran, según el
Ejército de Estados Unidos, vietcong no civiles. En toda la operación se intervinieron tres armas.

¿La punta del Iceberg?
La masacre de My Lai, pese a su atrocidad, no fue la única matanza cometida por las fuerzas norteamericanas, pero por su magnitud fue la que más escándalo provocó en los Estados Unidos e internacionalmente.
El teniente
Cally ciertamente resultó ser un oficial poco preparado y poco apto para el mando y, por tanto, no lograba victorias y capturas de enemigos que le hicieran merecedor de ascensos y condecoraciones. Además, no supo aguantar la presión de sus superiores para lograrlas y, como se supo después, decidió cometer una matanza y cuantificar buena parte de los asesinados como enemigos abatidos. Sin embargo, el sistema norteamericano para marcar objetivos contribuyó mucho a casos como este.


Un sistema sanguinario
A la política de cualquier ejército de designar objetivos, planificar y cuantificar se suma, en el caso de Estados Unidos, su búsqueda casi constante de la eficiencia, marcada ésta por una serie de indicadores prefijados.
En una guerra como la de Vietnam, donde no existían frentes definidos ni posiciones que tomar, la cuantificación de bajas causadas al enemigo se fijó como el indicador de la eficiencia de oficiales y unidades. Pero, como es sabido en todos los campos donde se utilizan indicadores, muchas veces lo que se hacía no era buscar la forma de alcanzar el objetivo sino mejorar el indicador, es decir, traer todos los muertos posibles dentro de unas normas; normas que muchas veces las fijaba la propia unidad. Así se han constatado muchos casos como el de My Lai, donde el número de combatientes muertos era desproporcionado respecto al número de armas incautadas; cosa que tardó bastante en llamar la atención del alto mando estadounidense.

La repercusión en Estados Unidos
Aunque el teniente Cally fue juzgado y condenado por los actos de My Lai su pena fue conmutada poco después. Un acto de este tipo, que recordaba demasiado a los cometidos por los nazis en
Oradur, daba la razón a todos los ciudadanos defensores de que la de Vietnam no era una guerra justa y que sus exigencias, lejos de ser reivindicaciones propias de hippys, se fundaban en actos reales y mucho más numerosos de lo que se declaraba oficialmente.
En el año
2006 el periódico Los Ángeles Times publicó informes desclasificados del Ejército de Estados Unidos, según informó El Mundo el 8 de agosto 2006, en los cuales se contabilizaban 178 no combatientes más asesinados entre 1965 y 1971. Estos actos fueron cometidos por soldados de todas las divisiones enviadas a ese país, lo que descarta que fueran hechos aislados. Finalmente sólo 23 personas fueron condenadas por los tribunales militares.
Años después el comandante Tony Raimondo utilizó la matanza de My Lai como ejemplo para ilustrar los errores en los que se puede caer y cómo evitarlos en sucesivas actuaciones
.

Fuente:http://www.carlisle.army.mil/usamhi/usarsa/HUMANRT/Human%20Rights%202000/mylaisp.htm Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Matanza_de_My_Lai

viernes, 2 de octubre de 2009

EL ASESINATO DE LA FAMILIA ROMANOV

Lic. Pedro Rivera Briseño

Antecedentes
A principios del siglo XX la Rusia feudal y autocrática atraviesa una crisis profunda de la cual no habrá de reponerse. La modernización capitalista de la economía ha engendrado tensiones sociales y políticas novedosas que auguran tiempos de cambio. Dos nuevas clases sociales gravitan con fuerza creciente en la vida del imperio de los zares: la burguesía y el proletariado.
En febrero de 1917 —nuevamente al calor de una coyuntura bélica y económica catastrófica— obreros y campesinos protagonizan un nuevo estallido revolucionario. Los soviets se multiplican por campos y ciudades. La caída del Zar fue esta vez definitiva. Surgiendo así un gobierno provisional. (Kérensky)

El gobierno de Alessandri Kérensky inicialmente retuvo a la familia imperial bajo arresto domiciliario en su palacio. Sus primeras intenciones eran mandarlos en exilio a Inglaterra, pero el gobierno no podría seguir haciéndole frente al crecimiento de poder de los bolcheviques. Para el invierno de 1917, los bolcheviques habían prevalecido sobre los mayores grupos revolucionarios y tenían bajo su control Moscú y San Petersburgo.

En octubre de ese mismo año, los bolcheviques toman el poder mediante acciones de fuerza, movilizaciones obreras y encendidos discursos populistas en virtual golpe de estado a Kérensky, presidente de la república en ciernes tras la caída del zarismo e instauran una dictadura que asfixia la democracia directa de los soviets deteniendo el proceso revolucionario.
Después de la Revolución de Octubre, los bolcheviques asesinaron a la familia real en Ekaterinburgo (Urales) en 1918.

El asesinato
Temiendo que el ejército blanco fiel al zar intentara liberarlo, los sóviets de los Urales (fieles Bolcheviques), que los tienen cautivos fusilan a toda la familia y a sus cuatro sirvientes.
La orden de Lenin se cumplió en la madrugada del 17 de junio (según el calendario de aquella Rusia), se pidió a la familia imperial que abandonara la cama, se vistiera y bajara al sótano de la casa con el pretexto de que se le tomarían fotografías para que el pueblo ruso (que ya pensaba que habían sido ejecutados) se percatara de que seguían vivos...
Un pelotón de guardias bolcheviques esperó a que se reuniera en una habitación toda la familia Nicolás, Alexandra, cuatro hijas, un hijo junto al médico y a tres sirvientes, y entonces disparó sobre ellos.

Hubo un detalle. Se afirma que la matanza no fue fácil, los balazos no penetraron en los cuerpos de las hijas del Zar a causa de que llevaban chalecos rellenos de piedras preciosas. Los ejecutores, ante el asombro, pensaron que se trataba de hecho sobrenatural. Tuvieron que rematarlos a bayonetazos, luego de lo cual los once cadáveres fueron cargados en camiones hacia un bosque de los alrededores de la ciudad elegido para enterrarlos. Antes de eso se procedió a desnudarlos y a rociarlos con ácido para dificultar la identificación. La sepultura era poco profunda, lo cual facilitó la localización de los huesos 61 años después, cuando los ubicó un joven historiador aficionado que cumplía trabajos de geología en la zona.

Al parecer, los verdugos tenían instrucciones de mutilar y esconder los cuerpos para que no pudieran ser reconocidos. «Algunos de los huesos estaban quemados», informó por correo electrónico Walther Parson, del Instituto de Medicina Legal de Innsbruck (Austria), que ha estudiado los restos. «Las muestras estaban gravemente descompuestas y mostraban signos que pueden explicarse por agresión química» como ácido sulfúrico.
La ocultación de los cadáveres alimentó las especulaciones sobre la posible supervivencia y fuga del zarevich Alexis o alguna hija del zar. En 1991 se hizo público el hallazgo de una fosa en Yekaterimburgo con restos que podían ser de la familia del zar. Los análisis genéticos demostraron entonces que se trataba de huesos y dientes de nueve personas: el zar Nicolás II, la zarina Alejandra, tres de sus hijas y los cuatro sirvientes. Lejos de apaciguar los rumores, el hallazgo alimentó nuevas especulaciones al no haberse encontrado a la cuarta hija del zar ni al zarevich Alexis.

En julio del 2007 se encontró una segunda fosa con más restos a unos 70 metros de la primera. Los análisis genéticos de estos nuevos restos son inequívocos. Según los resultados presentados en Plos One, se trata de huesos y dientes de dos personas. Una es un chico de entre 12 y 15 años con un cromosoma igual que el del zar Nicolás II y un ADN mitocondrial igual que el de la zarina Alejandra: sólo puede tratarse de su hijo, el zarevich Alexis, ejecutado a los 13 años. La otra persona es una chica de entre 15 y 19 años con un ADN mitocondrial igual al de la zarina y sus otras tres hijas halladas en 1991: tanto podría ser Anastasia —que tenía 17 años— como María — que tenía 19.

A continuacion les presento la siguiente liga (Video sobre el crimen)


http://www.youtube.com/watch?v=Rl7VnQeu8OQ